Una vez allí, hemos disfrutado de un
ratico muy agradable y distendido junto con personal y familiares de nuestros
mayores que muy gustosos nos han querido acompañar.
Destacar que hemos saboreado una merienda
con bizcocho de manzana casero (nuestros residentes piden siempre que Isabel
Campoy, fisioterapeuta de la residencia les cocine dicho delicatessen), tinto
de verano, cerveza y refrescos, revuelto de gusanitos…, nos hemos refrescado
con la brisa del mar, se han mojado los pies en la orilla, hemos reído, hemos
paseado, etc.
Ha
sido un tarde tan buena que la semana que viene volveremos al mismo sitio, a la misma hora
para hacer lo mismo y ojalá salga todo tan bien como el pasado miércoles.
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